sábado, 9 de marzo de 2013

Los conservadores y el proceso de paz


 Nuestra opinión:

Si algo nos ha llamado la atención en este proceso de paz, es la timidez con la gente de la calle habla del tema, y no es para menos por las amenazas veladas y no tan veladas de la Farc, pues todo lo que se diga o divulgue en contravía de las negociaciones causa tanto escozor que los ciudadanos prefieren callar a opinar. No obstante, tenemos a nuestros líderes políticos enfrentando la situación y gracias a ellos podemos darnos cuenta como van las cosas, y por los que hemos leído, hay que abrir los ojos y estar atentos a lo que está pasando en La Habana, Cuba. 

Este fin de semana en  una interesante entrevista del expresidente Andrés Pastrana Arango, publicada en Vanguardia Liberal ,  encontramos algunas frases que transcribimos y que nos sirven de güía para ver como el gobierno está manejando estas conversaciones con las Farc. Dice Pastrana Arango: 

Yo creo que el país debe saber con anterioridad cuáles son los acuerdos a los que vamos a llegar, porque la paz no la firma un Presidente ni un Gobierno, la paz la firmamos todos los colombianos y eso es lo importante".

"A nosotros nos dijeron que había un proceso discreto, pero resulta que la única que habla es las Farc, y el Gobierno sigue callado".

"Hoy en día sí, las Farc son las que ponen la agenda. Y siempre nos dejan, de entrada o de salida, un documento".

[..."la agenda la están poniendo ellos. Yo no estoy diciendo si eso es bueno o malo, lo que estoy diciendo es que nos dijeron que iba a ser una negociación discreta, distinta al Caguán".]

[...es una decisión del Presidente de cómo va a manejar este proceso, él sabrá cómo y de qué forma. En el caso del Caguán no hay un solo documento secreto, aquí no sabemos qué se está negociando".]

 
A continuación publicamos la entrevista completa.  
 

Fuente: Vanguardia.com. Dirección URL  http://goo.gl/qmMgr


 Sábado 09 de Marzo de 2013 - 11:32 AM

"Este proceso de paz es un reconocimiento a mi Gobierno"

Colprensa/VANGUARDIA LIBERAL
"Este proceso de paz es un reconocimiento a mi Gobierno"
(Foto: Colprensa/VANGUARDIA LIBERAL)
Tal como lo ha hecho desde más de una década, cuando que terminó su administración, el ex presidente Andrés Pastrana Arango defiende a ultranza su obra de Gobierno y, sobre todo, el sello de su mandato: el frustrado proceso de paz con las Farc.
El ex Jefe del Estado admite que su gran frustración fue no haber conseguido la paz con las Far. En parte, dice, ese objetivo no se logró porque “la guerrilla no estaba preparada”.
Con todo, Pastrana dice que el entre otras bondades el proceso de paz le permitió al país fortalecer las Fuerzas Militares para que su sucesor, Álvaro Uribe, pudiera ejecutar su política de seguridad democrática.
Incluso, dice que el proceso actual con las Farc en La Habana (Cuba) es “un reconocimiento” del presidente Santos a su obra de Gobierno.
Y cuestiona muy duro al ex presidente Uribe por su postura frente a las negociaciones con la subversión.
“¿Por qué es malo negociar la paz con las Farc, pero sí es bueno negociar la paz con el cartel de Medellín y los paramilitares?”, se pregunta Pastrana, en amplio diálogo con Colprensa.

- ¿Qué puede suceder en Venezuela después de la muerte de Hugo Chávez?
Espero que se surta lo que establece la Constitución venezolana: ‘falta absoluta del Presidente, hay que convocar a elecciones en los próximos 30 días’. Como demócratas que somos, esperamos que se tenga un proceso electoral amplio en los próximos 30 días y que se le brinden todas las garantías a la oposición para asistir a ese debate.

- Pero hay la sensación de que la Constitución venezolana ha sido muy manoseada…
En política interna de los venezolanos no me voy a meter, ese es un problema interno de los venezolanos, es un tema que maneja el Tribunal Supremo de Venezuela. La OEA tendrá que cumplir una misión importante en ese sentido.

-¿La OEA se ha hecho sentir?
Hasta ahora no, pero es que tampoco se ha hablado de violación a la Constitución. En este momento hay un Presidente en Venezuela, hay que convocar a esas elecciones.

- ¿Qué va a pasar con organismos como Unasur o el Alba, que Chávez impulsó en su creación
La política interna y externa venezolana se va a definir en estas elecciones. Lo que está en juego es la ‘Revolución Bolivariana’ y su continuidad, o un cambio extremo con una política totalmente distinta.
Si la ‘Revolución Bolivariana’ continúa en el poder, se mantendrá la actual relación de Venezuela con los países latinoamericanos, con Estados Unidos, se mantendrán el Alba y Unasur. Pero si hay llega la oposición al Gobierno habrá un cambio fundamental en todas esas relaciones.

- Nicolás Maduro no es Hugo Chávez. ¿Qué puede esperar Colombia?
Yo veo que hay una muy buena relación. Yo no hablaría de un cambio fundamental en la relación entre Colombia y Venezuela, lo que creo es que la relación bilateral se deterioró por lo que sucedió con la facilitación de Venezuela: el presidente Uribe nombró a al presidente Chávez mediador para la liberación de 12 policías. Resulta que Chávez llamó al Comandante de las Fuerzas Armadas y el presidente Uribe ‘destituye’ a Chávez como mediador. Lógicamente la reacción del presidente Chávez se vio no solo en el tema personal sino en el tema comercial.

- ¿Usted llegó a ser muy amigo del presidente Chávez?
A la gente se le olvida que tuvimos una relación muy complicada, pero al mismo tiempo muy franca y muy sincera. Aquí, incluso, se descubrió un atentado contra mí. Recuerden que capturamos al individuo antes de la cena que teníamos preparada esa noche. Era un señor que aparecía en reuniones, entonces se habló de un atentado para matarme.
Nuestra relación fue difícil porque Chávez siempre decía que Venezuela era neutral. Esa fue la primera confrontación que tuvimos: yo le dije ‘usted no puede hablar de neutralidad cuando aquí hay un Gobierno elegido democráticamente, legítimamente’.
También fue muy complicado el día del golpe de Estado por las declaraciones del ministro de Hacienda, el hoy presidente Santos, y la ministra de Comercio -Martha Lucía Ramírez-, respaldando el golpe. Tocó llamarles la atención, pero eso crispó los ánimos entre los presidentes Chávez y Santos que hasta ahora se vuelven a reencontrar. A mí me tocó otorgarle el asilo a Pedro Carmona.
A pesar de tener esos altibajos tuvimos una muy buena relación.

- ¿Cómo estaba participando Chávez en este proceso de paz?
Yo creo que Venezuela es un país facilitador.
Como no sabemos cómo es el proceso no supimos cuál fue el papel de Chávez. Puede que haya jugado un papel importante con Fidel (Castro) para volver a traer a las Farc a la mesa, eso la historia nos lo contará.
Yo siempre he dicho que la gran frustración del presidente Chávez fue no haber podido ir al Caguán. Esa siempre fue su meta y me lo decía siempre: ‘Andrés yo quiero ir al Caguán, quiero hablar con las Farc en el Caguán’, y yo siempre le dije: ‘Presidente, tranquilo, cuando sea el momento yo lo invito, mientras tanto esperemos’.

- ¿El proceso tendrá algún cambio por la muerte de Chávez?
Yo, personalmente, no vería un cambio fundamental, sea quien gane las elecciones. En Venezuela creo que todos le van a apostar por la paz de Colombia, porque en buena medida también es la paz de Venezuela: ya se están viendo los secuestros, la presencia guerrillera y paramilitar en la frontera, y lo más grave: fuerte presencia del narcotráfico en Venezuela al punto de que ese país se está utilizando como ruta hacia el norte de África y Europa.

- ¿Con la muerte de Chávez las Farc va a tener que agilizar el proceso de paz?
Tenemos que ser claros: en 30 días no va a pasar nada. Creo que nos toca esperar a ver qué pasa en el proceso electoral de Venezuela.

- Usted ha dicho que este proceso hay que ‘caguanizarlo’. ¿A qué se refiere?
Es que la gente no sabe qué es el Caguán. En el Caguán nació en ‘Plan Colombia’. Si ‘caguanizar el proceso es mantener el ‘Plan Colombia’, pues yo estoy de acuerdo. Si ‘caguanizar’ el proceso es fortalecer las Fuerzas Militares como nunca en nuestra historia, pues estoy de acuerdo. Eso fue lo que le permitió al presidente Uribe mantener su política de seguridad democrática. Si ‘caguanizar’ el proceso es mantener Familias en Acción, pues estoy de acuerdo.
Ahora, ‘caguanizar’ el proceso es saber si los colombianos vamos a saber qué es lo que se va afirmar. Yo creo que el país debe saber con anterioridad cuáles son los acuerdos a los que vamos a llegar, porque la paz no la firma un Presidente ni un Gobierno, la paz la firmamos todos los colombianos y eso es lo importante.
A nosotros nos dijeron que había un proceso discreto, pero resulta que la única que habla es las Farc, y el Gobierno sigue callado.

- Es decir, la agenda la está manejando las Farc…
Hoy en día sí, las Farc son las que ponen la agenda. Y siempre nos dejan, de entrada o de salida, un documento.

- Pero el Gobierno ha sido cauto…
Sí, pero la agenda la están poniendo ellos. Yo no estoy diciendo si eso es bueno o malo, lo que estoy diciendo es que nos dijeron que iba a ser una negociación discreta, distinta al Caguán.

- Pero dista mucho este proceso del Caguán…
Totalmente. En el Caguán fortalecimos las Fuerzas Armadas, hicimos el Plan Colombia, Familias en Acción, recuperamos la política internacional y lo más importante: dejamos a las Farc en la lista de organizaciones terroristas de Europa y Estados Unidos.

- ¿Se arrepiente de algo de lo que se hizo en el Caguán?
No. No me puedo arrepentir de haber fortalecido las Fuerzas Militares como nunca antes en la historia del país. En cuatro años pasamos de perder la guerra a tener el Ejército más fuerte de América Latina ¿Me voy a arrepentir de eso?
En agosto de 1998, 70% de la población creía que estábamos perdiendo la guerra, que la guerrilla se iba a tomar el poder. En cuatro años cambiamos la estrategia de la guerra.
¿Me voy a arrepentir del ‘Plan Colombia’? El ‘Plan Colombia’ fue tan bueno que lo continuó Uribe y lo continuó Santos. ¿Me voy a arrepentir de crear Familias en Acción, la política social más importante del país en toda su historia? No.
Lo más triste que nos sucedió en el Caguán es que no conseguimos la paz, porque la paz nunca la entendió la guerrilla, no estaba preparada.

- ¿Entonces cuál fue el error de ese proceso?
Diría que sentarse a negociar en medio del conflicto. Eso fue lo que conllevó a que el proceso explotara, y estoy seguro de que si mañana hay un atentado de las Farc, como ha venido sucediendo, va a pasar lo mismo: se va a romper el proceso.

- ¿Si pudiera, borraría esa imagen suya sentado en el Caguán, solo?
No. Por el contrario: esa imagen fue la que puso a las Farc en entredicho en el concierto político internacional. Al otro día el Primer Ministro de Canadá me comentó: ‘Presidente, usted quedó bien ante el mundo, los que quedaron mal fueron ellos, porque no tienen voluntad de hacer la paz’.
Inclusive yo tenía dos discursos: que fuera (‘Tirofijo’) o que no fuera.

- En su momento la guerrilla no era conciente del momento histórico para la paz. ¿Hoy sí?
No sabemos. No puedo hablar porque no conozco ningún elemento.

-¿Qué le hace falta a este proceso?
Es que no veo a los militares ahí, dónde están ‘Romaña’, ‘Joaquín Gómez’, ‘Fabián Ramírez’. ¿Dónde está el ala militar de las Farc? Si la tesis es que esos dirigentes guerrilleros ya no tienen mando sobre sus tropas, pues peor, porque entonces no están unificados.

¿Si este proceso no prospera, qué futuro les ve a las Farc?
El gran reconocimiento a mi obra de Gobierno en la paz es lo que está haciendo el presidente Santos: volverse a sentar a la mesa a negociar con las Farc. El colombiano más feliz cuando el presidente Santos anunció que se iba a sentar en la mesa de negociación fui yo, porque era el reconocimiento a lo que habíamos hecho nosotros.

- ¿Son fundadas las críticas a este proceso?
Pero, a ver, esas críticas vienen, básicamente del presidente Uribe. ¿Por qué era bueno para el presidente Uribe sentarse a negociar con el cartel de Medellín, como se sentó en Ralito, y hacer la paz con los paramilitares sí es bueno, y negarle la oportunidad al presidente Santos de negociar con la guerrilla? Aquí hay una contradicción muy grande del presidente Uribe.

- O sea, esas críticas sí son fundadas…
¿Pero por qué es malo negociar la paz con las Farc, pero sí es bueno negociar la paz con el cartel de Medellín y con los paramilitares?

- ¿Qué se puede hacer para fortalecer este proceso?
La gran diferencia entre Pastrana, Uribe y Santos es que a mí el cien por ciento del país me acompañó en la paz durante cuatro años. Fracasamos, no la logramos hacer. El cien por ciento del país acompañó a Uribe en la guerra. Fracasó porque no hubo el triunfo militar total, pero lo apoyamos. Y Santos tiene hoy un país dividido: según las encuestas, apenas el 40 por ciento, le apuesta al proceso de paz.

- ¿A este proceso le hace falta más gente?
Esa es una decisión del Presidente de cómo va a manejar este proceso, él sabrá cómo y de qué forma. En el caso del Caguán no hay un solo documento secreto, aquí no sabemos qué se está negociando.

- ¿Y en seis meses sí puede haber acuerdos?
Esa es una decisión del Presidente.

- ¿Usted se siente que ha sido mejor ex presidente que Presidente?
No, yo siento que fui un buen Presidente, siento que el legado de haber fortalecido las Fuerzas Militares como nunca en su historia lo llevo en mi corazón, con mucho amor. Me siento muy orgulloso de haber dejado la política social de Familias en Acción. Siento que hicimos un buen Gobierno. Y mi gran frustración: no logramos la paz.
Publicada por
COLPRENSA, BOGOTÁ

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